AEROTRÓPOLIS
“ACUPUNTURA URBANA PARA
LA AGONÍA DE NUESTRA CIUDAD”
Un millón cuatrocientos sesenta y seis mil quinientos
veinticuatro (1.466.524) Pasajeros nacionales y ciento setenta mil setecientos
treinta y dos (170.732) pasajeros internacionales, llegaron y salieron a
nuestra ciudad en el año 2.012 utilizando los servicios del Aeropuerto
internacional Ernesto Cortissoz de Soledad, las cargas comerciales internacionales
fueron del orden de siete mil cuatrocientas ochenta y ocho (7.488) toneladas y
nacionalmente de veinte mil trescientos sesenta y dos (20.362) toneladas incluyendo
correos. En términos cuantitativos en el transporte aéreo de pasajeros de los
aeropuertos de la Costa Caribe más significativos, nos dice que Cartagena nos
supera en cuarenta y uno punto sesenta y siete por ciento (41.67%) y superamos
a Santa Marta en un treinta y cuatro punto cincuenta y uno por ciento (34.51%)
en lo que concierne a los viajes de llegada y salida de pasajeros más las
cargas de los Aeropuertos de las
respectivas ciudades. En el plano nacional nos superan muy lejos Bogotá
D.C y en término medio las ciudades de Cali
y Medellín, pero en forma abismal y contundente, Aeropuertos Latinos como el de
Lima Perú, Santiago de Chile, Guayaquil Ecuador, Rio de Janeiro Brasil, Ciudad
de Panamá, Buenos Aires Argentina y Méjico.
Ante la realidad de estas cifras determinantes nos
preguntamos: ¿Del total de visitantes nacionales y extranjeros que llegan al Aeropuerto
de la localidad, cuantos se quedan en Soledad para disfrutarla y consumirla? ¿Dónde
están los atributos de la Ciudad para fortalecer la permanencia de los
visitantes y hacerla agradable y placentera? ¿Hasta qué punto somos
competitivos y en qué, con los demás puertos secos nacionales y extranjeros
señalados? ¿A qué competitividad nos referimos en nuestro POT y en el plan de
desarrollo Municipal vigente? ¿Por qué si el 40% de los productos que se venden en el mundo se transportan en
avión, nuestra carga internacional es sumamente baja?
En “nuestro” Aeropuerto los impactos negativos como las
urbanizaciones ilegales, las invasiones, los botaderos de basura a cielo
abierto, próximos a la pista de aterrizaje, Han hecho del Aeropuerto Ernesto
Cortissoz un polo de “NO” desarrollo y un enclave Barranquillero rodeado de
pobreza social y caos urbano en el sentido categórico de la palabra, realidades
éstas que frenan las verdaderas fortalezas de competitividad frágil de las
ciudades en mención, (Soledad-Barranquilla) como motores de desarrollo económico
sostenible de la subregión oriental del departamento, y no sólo en sus
alrededores inmediatos descritos, también incide en los entornos mediatos de
Soledad para su no edificabilidad vertical y densidad habitacional requerida, que
nos permitiría darle a la ciudad más espacios públicos necesarios y acercarnos
así a los estándares mundiales de la Organización Mundial de la Salud de 15
metros cuadrado por persona, una vez acometida las pertinentes acciones de ordenamiento
territorial.
La ubicación actual del aeropuerto no fue benévola con la
ciudad, de hecho su zona de influencia sonora nos colocó en alto riesgo más de
1.778 viviendas o lo que es lo mismo, condicionó la convivencia de ocho mil (8.000)
personas con el temor de presentarse un siniestro aéreo a sus espaldas y sobre
sus cabezas, que gracias a las fuerzas cósmicas que nos rigen en la vida, no se
ha presentado un desastre de mayor envergadura, y sólo presenciamos el inquieto
momento acontecido hacen más de 15 años con el avión de carga que se vino a
tierra por los lados del caño de Soledad a la altura de la desembocadura del
Arroyo el Platanal, situación que nos puso los pelos de punta y nos causo un
antecedente sin precedente en la ciudad. Valdría la pena cuestionarnos
conjuntamente ciudadanos y entes administrativos con los siguientes interrogantes:
¿Por qué las diferentes Administraciones de gobierno desde el año 2002 no
implementaron los planes parciales contenidos en el POT en el área de
influencia del Aeropuerto? ¿A qué desarrollo social, económico, ambiental y
urbanístico sostenible de la ciudad, se referían las diversas propuestas de
gobierno que nos presentaron como norte a seguir en sus campañas épicas
electorales, los Alcaldes de turno? ¿Por qué aún permanecemos discutiendo la “minucia”
de la ciudad y nos alejamos de lo estructural, que es lo fundamental para tan
ansiado desarrollo y crecimiento?
Soledad necesita abrir un espacio de debate sobre la
conveniencia o inconveniencia del Aeropuerto internacional Ernesto Cortissoz en
nuestro suelo, con base a la realidad de su presencia acompañada de sus
impactos negativos y positivos adquiridos a nivel económico, social, ambiental
y urbano. Sus futuras potencialidades como motor de desarrollo regional en los
nuevos tratados y convenios internacionales firmados por la nación como
condición sine qua non para el desarrollo de sus entorno y sus gentes. Y nada
más indicado para realizar ese debate, que la construcción de ese nuevo norte
que tanto anhelamos: el POT, que a propósito se encuentra “sepultado” por la indiferencia
administrativa gubernamental, la desidia ciudadana y la colaboración cómplice
para su letargo en la última década de los entes de control político.
Propongo para iniciar la búsqueda de la ciudad que
necesitamos, el análisis individual de sus cuatro enclaves metropolitanos
dispuestos en su territorio como son: la Terminal de Transporte Metropolitano, la
Gran Central de Abastos, el Portal del Sur del SITM y el Aeropuerto
Internacional Ernesto Cortissoz, comenzando por éste último en primera instancia
por ser el de mayor impacto para el desarrollo local y su conexión internacional,
iniciativa que nos debe permitir escoger una decisión consensuada sobre su
permanencia definitiva en el territorio, o su traslado inminente para beneficiar
y tranquilizar supuestamente a sus habitantes colindantes de un siniestro de
grandes proporciones. Me apoyo en la primera alternativa de permanencia
definitiva, siempre y cuando llevemos a la práctica la teoría del académico estadounidense John Kasarda,
Director del Instituto Kenan de Empresas privadas de la Universidad de Carolina
del norte en los EEUU, sobre las Aerótropolis como fuentes de movilidad para el
desarrollo y organización de las ciudades, que derriba de un martillazo el paradigma del alto riesgo y la contaminación
sonora como obstáculos de una sana convivencia Aeropuerto – ciudadano, reafirmando el concepto de ciudades compactas
muy en boga en los planes de ordenamiento territorial y de desarrollo local de
la ciudad. Pero que en la práctica es complemente nula su aplicación.
Ayer fue la ciudad de Porto Alegre en Brasil en cabeza del Alcalde
de ese entonces, Arquitecto Ricardo Lerner y su acupuntura urbana, lograron
transformar la ciudad en su trama urbana desde la perspectiva del transporte
masivo, hoy son modelo para el mundo a tener en cuenta en la democratización de
la ciudad. Recientemente Medellín, con su urbanismo social y las políticas
públicas implementadas por el matemático Sergio Fajardo Valderrama, en su
Alcaldía ayer, hoy desde la Gobernación de Antioquía, logró transformar
prácticamente su entorno que hoy es reconocido a nivel mundial como la ciudad
más innovadora del mundo por encima de New York y Tel Aviv, apostándole
completamente a la Educación como motor impulsor de su desarrollo. Hoy La Bogotá
Humana, liderada por el Economista Gustavo Petro Urrego, es reconocida ya en el
ámbito mundial por su férrea lucha por eliminar la segregación social, e
implementar las acciones correspondientes que contengan el efecto invernadero
que presuntamente destrozará el mundo, si no se atienden los compromisos
firmado por los Países miembros de la ONU para disipar los fuertes cambios
climáticos en sus territorios. Y finalmente la Soledad del Poeta lúgubre Gabriel
Escorcia Gravini, del músico Francisco “Pacho” Galán, del cantante Alci Acosta,
del pregonero de la decima Gabriel Segura, y tantos otros ilustres hijos de
esta tierra, permanece anclada en su pasado maravilloso y de sueño. Sería bueno
iniciar un cambio de fondo en nuestra ciudad a partir de sus enclaves
Metropolitanos descritos, en eso tenemos una ventaja sobre las ciudades
mencionadas, y es que estos enclaves de producción y desarrollo ya son una
realidad desde hace mucho tiempo, y sólo requiere un poco de sentido común para
ponerlos a funcionar como deben ser y una lucha denodada en el fortalecimientos
de la ética y los principios de gobernabilidad para la consecución de una
ciudad, ambientalmente responsable con el presente y el futuro de las generaciones
por venir, más amable y razonable en su urbanismo, socialmente justa,
económicamente equilibrada y culturalmente dominante.
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